Siguió corriendo hasta que tras la multitud de árboles pudo reconocerlo.
Se abalanzó sobre él y le agarró la mano...
-Pero, ¿qué haces en pijama loca?
+¡Qué más da eso ahora! ¡Da igual!
Dos sonrisas se apoderaban de la cara de ambos. ¿Aquello era verdad? Parecía un sueño... Pero, el motivo de aquel mensaje era otro:
-La he dejado.
+Lo sé.
-Te he dicho que vinieras porque quería explicarte algo. Quería que supieras que durante todo este tiempo he estado equivocado. No he sabido ver lo que tenía delante y no lo he apreciado. Por eso quería...
+Tú, cállate y bésame.
Y allí, cuerpo a cuerpo, los dos se fundieron en un largo beso que duró varios apasionados segundos.
-¿Ahora eres feliz?
+Mucho.
-¿Y por qué ahora sí?
+Porque te tengo.
Agarrados de la mano, en aquel parque, con aquellas miradas intensas se despidieron, pero no para siempre.
Él siguió su camino y ella el suyo.
Al pasar unos segundos, se encontraban a varios metros:
-Eh, tú.
+¿Qué?
-Te quiero.
Las cosas buenas se hacen esperar. Todo sufrimiento tiene al final su recompensa...
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